Con permiso de George robo la frase para el título, pero como no me canso de repetir: "Yo ya era una friki y me creía Ayra Stark cuando la mayoría de vosotros pensabais que El Muro era la pared que separaba vuestra casa de la del vecino". Así que sí, con todo mi derecho declaro que "se acerca el invierno", o más bien que ya está aquí.
"Si Claudia no va a la playa, la playa va a Claudia" |
Y así es como se pone Panamá un día cualquiera a las dos de la tarde, dando la sensación de que sigues en España un lunes a eso de las 9 de la noche mientras haces horas extras en la oficina. Pero por suerte puedo decir que no, que sigo aquí y que a las cuatro de la tarde apago mi ordenador y me voy a disfrutar (odiar, maldecir...) del calor, porque si bien es verdad que cuando llueve lo hace con ganas, esto no es Ponferrada, aquí la lluvia es caliente y "después de la tormenta sale el sol" (el que escribió esto debió romperse la cabeza, sobre todo si vivía en este país). Eso sí, otro apunte mental que he añadido a la larga lista de auto-consejos para este año es a cerrar las ventanas de casa antes de irme a trabajar, por que ya hemos comprobado que si diluvia nuestro salón se convierte en el comedor del Titanic en el minuto 140, pero sin Leo para ayudarnos a recoger agua con la fregona durante las dos horas siguientes.
Pero centrémonos en lo importante, os debo una disculpa por mi desaparición, han pasado más de tres meses desde mi última carta, y podría poner un millón de excusas para justificar mi ausencia, pero lo cierto es que sólo me ha sucedido una cosa: la vida. Sé que suena muy profundo, pero es la mayor verdad que encontraréis en este texto (y tenía que ser algo que sonase un poco trascendental, para que penséis "que razón tiene, a ella se lo perdonamos todo"). Me he dedicado a vivir en todas sus versiones: me he vuelto loca y responsable, risueña y melancólica, vaga y "superwoman", me he enamorado y desenamorado más veces de las que puedo contar (sobre todo del surf, pero esa es una historia que merece su propia "carta"). Pero casi mejor os hago un resumen de mis últimas aventuras y así juzgáis vosotros mismos.
Empezaré por el viaje a Taboga. "Corría el año 1543, cuando seis valientes individuos..." Vamos, que fuimos hace mucho tiempo, pero fue el primer viaje del "Panateam", y nos lo pasamos tan bien que quiero dedicarle unos instantes de protagonismo.
Taboga es conocida también como "la isla de las flores" (por lo obvio, se entiende) y en sí no es espectacular, pero como es la playa más cercana a Ciudad de Panamá era visita obligada.
Lo de las flores creo que ya ha quedado bastante claro, ¿No? |
Pero lo mejor del día fue poder estar con estas personas que se han convertido en una parte indispensable de mi vida en Panamá. Eugenio (Pepe para los amigos), Bea, Argen, Marta y Jorge, mi "Panateam", mis compañeros de aventuras, en definitiva: mis amigos.
Lo mejor la señora del barco que está teniendo una experiencia "a otro nivel". |
Como bien me han aconsejado, no quiero extenderme mucho para no aburriros, así que lo último que quiero destacar del viaje son algunas de las perlas que nos regalan nuestros queridos "panas" que hacen que a pesar de llevar cinco meses aquí sigas sorprendiéndote como el primer día.
El cartel de los pintores a domicilio no estaba en Taboga, pero era demasiado bueno para no ponerlo. |
Así que para resumiros un poco mis andanzas por estos mundos, voy a explicaros en pocas frases mis eventos más destacados de estos últimos meses.
Lo primero han sido las visitas. A parte de haber podido contar con la compañía de mis queridos progenitores (con viajes a Costa Rica y a Cartagena incluidos, de los que escribiré otra carta para no extenderme demasiado en esta) se ha dejado caer por aquí más gente de la que esperaba. Me gustaría pensar que es por mí, pero seamos francos, el agua cristalina y las playas paradisíacas son una razón mucho más creíble...
A mediados de abril aterrizó en Panamá procedente de NY Amalia, y creo que no me equivoco al pensar que entre el Open Bar de "champaña" en el piso 66 del Trump mientras nos bañábamos en la "infinity pool", y la fiesta en una isla de San Blas, tuvo una visión bastante agradable de mi actual país de residencia (que pijo suena todo, lo se...). Ese fin de semana también nos acompañó la delegación masculina de becarios Icex de nuestra vecina Bogotá: Pablo, Álvaro y Víctor. Y estoy bastante segura de que la opinión general de una fiesta en una isla desierta con gente majísima y bajo un impresionante manto de estrellas es: "Wow!". (Esperemos que nuestra próxima visita a su ciudad en julio esté a la altura, lo dejo caer por si alguno lo está leyendo)
Una de esas experiencias que se te quedan grabadas, no es por fastidiar, pero fue totalmente de película |
Y continuando con las visitas, este lunes acabo de despedir a mi "flechazo" de Edimburgo, mi pequeña Cris, que es de ese tipo de amigas con las que da igual la distancia que nos separe, cada vez que la veo es como si no hubiera pasado el tiempo. Gracias a la "gran" cantidad de vacaciones que tengo este año por el hecho de ser becaria, no pude acompañarla en todos sus viajes, pero el fin de semana en Playa Venao (esa de los desayunos ricos, ¿Os acordáis?) fue uno de los mejores de este año, creo que aún me duele la cara de tanto reírme, la foto lo deja bastante claro...
"Finde" de chicas (que "yupi"suena). El próximo en Oxford, prometido. |
Por último también se dejó caer nuestro vecino de Santo Domingo, Rodri, a pesar de que tendrá que venir otra vez ya que le falta probar la fiesta panameña, que no creo que tenga nada que envidiar a la dominicana...
Pero no todo son visitas, lo mejor de estos meses y lo que me hace levantarme por las mañanas son esas personas que están aquí en el día a día, con las que compartes tanto noches de fiesta como barbacoas que acaban con discusiones filosóficas sobre la vida y conciertos de Sabina con cervezas previas en bares puramente locales (gracias Jose por el descubrimiento). Esas personas que hacen que las semanas sean más cortas y que desees que llegue el martes para bajar a tomarte unas cañas a "La Malagueña", donde parece que hasta la Balboa se parece más a mi querida Estrella Galicia (ya me he puesto "ñoña" otra vez, me está afectando seriamente esta nueva "tolerancia" al reggaeton).
"Ahora que nada es sagrado, ni sobre mojado llueve todavía..." (Ya os he dicho que sale el sol) |
También para no perder la costumbre he ido a un par de chivas, y una de ellas podría haberle hecho fácilmente la competencia a la "Flower Power" de Pacha (¡Queremos otro cumple ya, Ceci!). Pero gracias a eso he conocido a gente increíble a la que a día de hoy estoy bastante segura de que echaré de menos (ya sabéis que yo paso del cariño al odio en un instante, no os emocionéis).
Estoy dudando entre cantar Yellow Submarine o llamar a Jordi Estadella |
También hemos tenido tiempo de hacer algún que otro "guateque" en nuestro palacio (con sandía incluida, apoyando la producción local), o de ver Sonrisas y Lágrimas en un cine de verano. Porque, inciso importante, por si os habéis olvidado aquí es invierno, y a pesar de que el calor sea igual o peor y el sol queme lo mismo o más que antes, ya no hay cines de verano, ni Open Bar en las terrazas, la gente ya no va a la playa... (ese concepto de explotar el turismo no ha llegado aún a esta parte del Caribe)
Supercalifragilisticoexpialidoso...¿O no era esa?, el calor me confunde... |
Y entre ron y ron hemos aprovechado para trabajar también un poco, ¡A ver si os pensáis que estoy de vacaciones! Han sido unos duros meses en los que hemos tenido que representar a nuestra querida España ante Holanda (me quedo con los quesos, buenísimos...), recibir a nuestro nuevo jefe (efectivamente, la cocinera de la embajada hace las mejores paellas de Panamá), y organizar la Expoalimentos, que nos costó un gran esfuerzo pero quedó compensado con el hecho de tener el armario lleno de aceite hasta final de año.
¡Pero que monas van siempre estas chicas! |
Y en todo este tiempo también hemos tenido varias celebraciones, las más recientes los cumpleaños de Marta y Jorge. Por el de mi "roomie" fuimos a nuestro querido Trump, pero a falta de Open Bar tuvimos que conformarnos con un par de mimosas ("osea", ahora ya puedo considerarme totalmente "yeyé")
"Y es que yo sin ti y tu sin mí..." (Bueno, si me traes a Enrique tampoco me quejo) |
Y para celebrar el de nuestro "niño" fuimos a una barra libre de Margaritas y una "Silent Party", que por si no lo sabéis es una fiesta en la que te pones unos cascos y puedes elegir entre tres canales de música diferente (electro latino, electrónica y comercial), y la gracia es que si te quitas los cascos sólo escuchas una musiquilla de fondo. Lo mejor de todo es que el Open Bar era de 6 a 9 de la noche, así que a eso de las 9:30 los únicos que bailaban y cantaban a voz en grito ("¡Y se formó la gozadera...!") como si se tratase del fin del mundo eran los que veis en las fotos de abajo.
Nos encanta el "postureo" pero, ¿Y lo bien que nos lo pasamos? |
Pues sí, tal y como habéis visto he conseguido hacerme un hueco en este lado del océano y puedo decir que a día de hoy me río como hace mucho tiempo que no hacía, y que soy feliz. Pero también quiero que sepáis que ya tengo fecha de vuelta, el 19 de Diciembre estaré de nuevo dando guerra por esas tierras, así que no os olvidéis de mí, y no dejéis de llamarme (ni de mirar el catálogo de Zara e informarme de las novedades, ¡Que en septiembre nos fundimos la tarjeta, Leti!), y que también sois vosotros los que me hacéis sonreír (sobre todo cuando me decís que habéis tenido que volver a sacar la chaqueta del armario, a ver si os pensáis de verdad que me he vuelto una sensiblera...)
En definitiva, que he vuelto y esta vez no tengo intención de marcharme, así que os quedan muchas historias más por aguantar, y ya que esta carta ha sido una oda a la amistad en toda regla, me despido con una parte de una conversación de la película Martín (Hache) que lleva varios días rondando por mi cabeza, y con la que creo que no me dejo a nadie fuera:
No se extraña un país [...] la patria es un invento. Uno se siente parte de muy poca gente.
Tu país son tus amigos, y eso sí se extraña.