martes, 3 de febrero de 2015

Por San Blas...La estrella verás

   Y es aquí cambian hasta los refranes, y el 3 de Febrero no se espera ansioso a la cigüeña, si no que como mucho rezas para que el técnico del aire acondicionado no se olvide de pasar por tu casa...

   La "carta" de hoy trata sobre otro de mis viajes domingueros, al archipiélago de San Blas, uno de los sitios más bonitos que he visto (a pesar de que no hizo un sol impresionante, pero casi mejor por que llegué a casa sin la insolación del fin de semana anterior). 

Isla Diablo. El fondo de esta playa estaba plagado de estrellas de mar.

   A las 6 de la mañana vino Pepe a la puerta de casa para llevarme, junto con el resto de la expedición, a la comarca indígena Guna Yala, antiguamente conocida como San Blas. Está situada en el caribe, dirección Colombia desde Ciudad de Panamá,  y para llegar a la costa tienes que atravesar un terreno bastante accidentado (cada "loma" que atravesamos con el coche era más empinada que la anterior, me rio yo del Dragón Khan), por lo que es imprescindible ir con un 4x4 en buenas condiciones. Pepe y su primo Luis son dos Kunas (indígenas de esa comarca) majísimos, que se portaron muy bien con nosotros y nos enseñaron muchas cosas sobre su cultura y las islas que componen su comarca. Luis, junto a su ayudante Merlín (que por cierto, era encantador) fue el encargado de llevarnos en su barco a las islas que le pedimos: la piscina natural, Isla Pelícano e Isla Diablo.

Si, la bandera de la comarca es curiosa, y el tiempo al empezar el día no prometía nada bueno...

   El viaje de ida fue un poco accidentado, ya que había muchas olas por el mal tiempo, pero Luis "manejaba" como un profesional y no tuvimos ningún problema. Es curioso ver cómo las islas más próximas a la orilla están plagadas de casas. Cuando las miras parece que están flotando sobre el agua.

Lo que se ve es una isla, y las casas llegan incluso más allá de sus orillas

   Pero el tiempo mejoró, y tras una hora de viaje en barco llegamos por fin a la piscina natural, que no es si no una zona de arena blanca y poca profundidad en medio del mar en la que se pueden ver peces preciosos y estrellas de mar. Luis nos dejó unas gafas de bucear y prometo que no había visto peces tan bonitos nunca. El que más me sorprendió fue un pez negro chiquitito que tenia el cuerpo cubierto de puntos azul fosforescente. También vi un pez "Dori" (como el de "Buscando a Nemo") y un pez redondo negro que cuando se escondió bajo una roca su contorno empezó a brillar con un color azul espectacular. En general todos los peces eran muy coloridos, nada que hubiese visto antes, y tengo que decir que también vi una langosta y una morena, soy toda una temeraria...

Las estrellas de mar eran enormes y cada una tenía un color diferente entre amarillos y rojos.

   Después fuimos a isla Pelícano, una isla que cuando la ves parece la típica de los dibujos animados en la que el naufrago aparece sentado lanzando una botella al mar y lo único que se ve detrás son un par de palmeras

Esta es Isla Pelicano al completo. El color del agua era asombroso
   
   Allí se me ocurrió a brillante idea de dejar el móvil en el suelo donde no llegaba el agua y, ley de murphy, la única ola que debía de haber en todo el Caribe le pasó por encima. Pero es un "campion" así que ha sobrevivido sin demasiados daños (no me mandéis muchos videos por que no se escuchan...). A pesar de todo conseguí hacerme algunas de esas fotos que miraré dentro de unos años y yo misma me moriré de la envidia de mi yo del pasado...

Última vista de mi móvil antes de sentirse como Leonardo DiCaprio en el minuto 180 de Titanic

Aquí intentaba probar si me oirían desde casa si mi móvil no sobrevivía. Se ve que las caracolas sólo sirven para escuchar...


Puedo prometeros que la sonrisa es verdadera, estaba feliz (y sí, morena).


   Después fuimos a comer a Isla Diablo un poco de pargo frito y arroz con coco y a dormir un poco la siesta después de un digestivo "ronsito" caribeño. Para que mis padres no se preocupen les hice una foto dedicada expresamente a ellos: ¡Mirad si como bien que soy capaz de tumbar palmeras!

Si, parece ser que no se me quita la tontería con la edad...

   Tengo que decir que la compañía del día fué inmejorable, aparte de los simpáticos Luis y Pepe (y del encantador Merlín por supuesto) nada hubiese sido igual sin Marta, Lucía (una amiga de Marta que estaba de visita) y nuestro compañero destinado en Guatemala, Javi, que vino acompañado de sus primos.

Foto de familia, falta Almudena que estaba de fotógrafa

   Espero que os pique el gusanillo por conocer a Luis y vengáis a verme pronto, ya que supongo que con estas fotos aún no os he convencido del todo...

  Disfrutad de las nevadas y pensad que en algún lugar entre dos mares un conguito piensa en vosotros:
¡Hasta la próxima!

1 comentarios:

  1. ¡Bua, Clau! Impresionantes fotos, como dices, de película. Por aquí viajamos al calor gracias a ti, así que te esperamos con ganas a la próxima aventura jeje

    ¡Un besín!

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