domingo, 18 de enero de 2015

Usos y Costumbres

   Amanece un nuevo día en Panamá City.  Mi cuerpo aún no está acostumbrado al horario por lo que mis mañanas comienzan a las seis, y las diez de la noche significan poco menos que trasnochar. Pero gracias a eso puedo disfrutar de otra clase de vistas 

Las grúas son un guiño a mis colegas, ¡Hay esperanza!

   Parece que hayan transcurrido meses desde mi llegada, aun que en realidad haga escasamente una semana que aterricé en la ciudad. Todos estaréis aburridos de oír hablar de trabajo, por lo que sólo en esta "carta" os mostraré donde paso mis horas rodeado de los tres mosqueteros (Marta, Eugenio y Jorge) a los que se unió ayer por la noche un nuevo miembro: Argentina, una asturiana destinada en Panamá (posible nombre de serie tipo Heidi o Marco, me guardo los derechos) 

   

   En estos siete días no es que me hayan sucedido tremendas hazañas dignas de una novela de Tolkien, pero he descubierto ciertas peculiaridades del país y sus habitantes que espero que os hagan al menos la mitad de gracia que a mí. Empezaré mostrando cómo en este país importa más la comodidad de sus habitantes que el sobrevalorado glamour del que hacemos gala en España. Es decir, ¿Qué mejor que te lleven el negocio a la puerta de tu casa? 

Se hacen fotocopias, plastificaciones, y creo que si lo pides puedes llevarte un patacón por un módico precio.

  ¿Os imagináis trabajar en este país encerrado en un cuartito minúsculo sin aire acondicionado y hablando sólo con la gente que quiera invertir en vuestro negocio? Pues a esa misma conclusión llegaron los quiosqueros hace tiempo, así pueden matar las horas diciéndoles a las muchachas que pasen: "Hey Prity!"(La verdad es que esta clase de piropos alegran el día a una, por lo menos te dan un motivo para reírte durante los siguientes diez minutos) y hablando con el resto de tenderos de la calle. Por que estar dentro de la tienda si no hay a quien atender... es tontería, y contando con que en las tiendas hay una persona para abrir la puerta (inclusive en el gimnasio, no vaya a ser que de tanto hacer pesas no puedas ni subir el brazo, si es que esta gente está en todo), cuatro para atender, una persona aparte del cajero para meter tus artículos en bolsas, etc. No importa mucho si sales a conversar un rato. Relaaax "beibi" las cosas de palacio van despacio.


   
   Y hablando de frases célebres, no puedo olvidarme de mencionar cuando en la piscina del edificio nuestro querido vecino David ("David di hola", "David saluda", "David, David, David...") saluda a su profesor de natación: 

-¡David di hola a couch! (no me he olvidado de escribir en inglés, es que aquí me han dicho que todo se escribe como se pronuncia y estoy dispuesta a fundirme con la cultura popular)

-¡Muy bien David! ¡Patea duro! (alusión a dar piernas de crol, me lo apunto para futuras visitas a la piscina) ¡Eres un campion!

   Y no puedo dejar de mencionar a nuestro querido conserje : " ¡Franklin a su servisio!"

  Pero lo mejor de todo es cuando hablando en "castellano" meten alguna frase en inglés con un perfecto acento americano (algún  día grabaré un audio diciendo "Siberian Husky", es una de mis palabras preferidas). Por que aquí las cosas son "cul" no guay, y las chicas son "prity" no bonitas. Y por supuesto que chisme o cosa son una "vaina", y cuando algo es horrible es "focop". Y nada de gracias y hasta luego, aquí todos están "a la orden" y "a su servisio", así da gusto, cuánto nos queda por aprender...


  También hay glamour en nuestras vidas, y ya que acaban de nombrar al que será el embajador español en Panamá durante mi estancia, me pasé por su casa a comprobar si habían cambiado las cortinas y lavado las sábanas, no queremos que el día que decida dar su fiesta de bienvenida nos obsequie con un vino blanco del 2013... 

Marta estaba llamando al de las flores, por que las que había no seguían el protocolo

   Otro de los buenos hábitos que hemos adquirido en nuestra nueva residencia, es que aquí se trabaja los sábados, y haciendo gala de nuestra buena disposición a sumergirnos en los usos y costumbres panameños hemos dedicado parte de nuestro fin de semana a hacer un estudio de mercado 


  
  Pero no todo puede ser trabajar en esta vida, hay que aprovechar los pocos momentos libres que tenemos, y después de tanto estrés que menos que tomarme un tiempo de relax. A falta de nieve, ¡Buenas son tortas! (No se si este año conseguirá mejorar mi nivel profesional o a la vuelta tendré que pedirles ayuda a mis amigas maestras...) A la espera de más aventuras me despido por ahora.

                                        Con esto y un patacón, ¡Hasta la próxima bombón!

Lo sé, yo también me odiaría en estos momentos

4 comentarios:

  1. ¡Hola Clau! Un buen vistazo así por alto nos has hecho jaja Solo me ha dado un poco de grimilla lo del ron-cola así ya mezclao... iiiu jaja

    Por cierto, fuiste a trabajar de lo tuyo, no? (Cotilleo puro y duro ;) )

    ¡Un besín!

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  2. Jajaja, aún no lo he probado, pero no se si estará muy bueno...
    No, me vine con una beca del ICEX a trabajar en comercio exterior un añito :)

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